sábado, 9 de junio de 2018

EL NUNCA LO HARÍA


La verdad es que cierro los ojos y me viene a la mente su carita siempre atenta a mis sentimientos, sus ojos derrochando un amor y una admiración digna de alabar, y sus ganas siempre de compartir cualquier momento conmigo.
Así es, hablo de mi mascota, pero podría ser la tuya o la de tu vecino o la que nunca tuviste.
En mi caso se trata de un perrito blanco, que formaba parte de la familia de un modo poderoso, que entraba en los planes de todo tipo, que vivía lo bueno y lo malo con nosotros y sobre todo que siempre estaba allí.
Me resulta imposible comprender a esa gente insulsa y vaciá que toman por costumbre hacer regalos sin pensar en las consecuencias, olvidando que los animales son seres vivos que tienen sentimientos, que demandan amor y que conllevan una carga similar a la de un niño, teniéndoles que dar de comer cuidar, querer, velar por su salud....
Recuerdo esos momentos difíciles en los que deseaba que me tragara la tierra por un problema que me atormentaba, y scoty estaba junto a mí, observándome, sintiendo mi pena y solidarizándose con mi dolor, esperando impaciente a que le dedicara un segundo con mi mirada para tumbarse boca arriba y que le acariciase la tripa.
Incluso después de haberle regañado segundos después me acerca la pelota para que se la tire y juegue con él, sin rencor, como un verdadero amigo.
Y todo esa fidelidad a cambio de nada, por pura nobleza.
Por eso me indigno cuando veo un perro o gato abandonado o perdido por la calle, o cuando escucho que las perreras están a tope, y mucho más cuando sale algún desalmado maltratando cualquier animal.Por eso siempre me acuerdo de aquel célebre eslogan de los años 80 que llevó a cabo la fundación Affinity: "El nunca lo haría".
Puesto que no me imagino a ninguna mascota abandonándonos por que se acercan las vacaciones...
¿o tú si?

Juan Carlos.



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