viernes, 11 de marzo de 2011

EL NIÑO Y EL HELADO


En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La dependienta puso un vaso de agua en frente de él. "¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?" pregunto el niño. "Cincuenta céntimos", respondió la mujer. El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. "¿Cuánto cuesta un helado solo?", volvió a preguntar.
Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mujer ya estaba un poco impaciente. "Treinta y cinco céntimos", dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. "Quiero el helado solo", dijo el niño. La dependienta le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había los treinta y cinco céntimos y veinticinco más... su propina.


Jamás juzgues a alguien antes de tiempo.


Fuente: La red de redes.


Juan Carlos.

3 comentarios:

  1. cierto, somos muy de juzgar antes de tiempo.

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  2. Eso mismo me paso a mi en una entrevista de trabajo, me vieron un poco gordo y decidieron no darme el trabajo, el cúal creo que estaba muy bien preparado.

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  3. jejej un texto para reflexionar, muy bueno Juan

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