Si el alba se torna azul con tintes de nubes y olor a lluvia, la gente sale al mundo igualmente...
La normalidad va inundando las calles en forma de telas blancas que esconden expresiones y gestos que, poco a poco, cada día , van pintando en nuestros labios una sonrisa, esa que dice : TODO VA A SALIR BIEN...
Sujetos a normas básicas que rigen nuestras acciones, órdenes lógicas que nos llevan actuar de manera prudente ante la perspectiva del qué será en adelante... Qué cambiará, qué seguirá igual, cuándo volveremos a la normalidad... Pero ¿Cuál va a ser ahora esa normalidad?
¿La de antes del fin del mundo?¿La que creemos a partir de ahora?¿La que vuelva a llevar nuestro cielo de aire irrespirable? ¿La que confine a la fauna a los reducidos espacios en los que vivían acorralados? ¿O tal vez la normalidad de una nueva conciencia de convivencia y sociedad?
Uno a uno, nos unimos en parejas, parejas en familias, familias en grupos más grandes con amigos, compañeros de trabajo, gente con la que nos codeamos en el día a día... ¿Dejaremos de aplaudir a ese sanitario que se ha dejado la piel y ha arriesgado literalmente su vida para pelearnos con él en un atasco yendo a trabajar? ¿O nos enfadaremos cuando vayamos al médico y tengamos que esperar nuestro turno para ser atendidos?
Espero que esa realidad a la que queremos volver, sea una realidad mejor que aquella que dejamos atrás hace ya casi un par de meses.
Mientras tanto vivimos de pequeños respiros, alientos a los que cada uno nos aferramos para sentir que todo está y estará bien...
