Nuestro manager Gaspar, nos había conseguido a mi banda y a mí un concierto en un lugar interesante y variopinto al menos desde los ojos de cualquier rockero, tocábamos en la cárcel de Alcalá-Meco Madrid1, un concierto benéfico por el día de la mujer para las reclusas que formaban parte de un programa de educación y formación, en total unas 400 mujeres mas o menos.
Así que nos enrolamos en esa aventura y nos dirigimos primero al local para recoger toda la artillería pesada en lo que a instrumentos se refiere, y seguidamente a Azuqueca donde habíamos quedado todos con Gaspar.
La entrada a la penitenciaría tenía la seguridad que esperábamos, toma de datos, dni, permisos etc, previamente unas semanas antes tuvimos que dar esa misma información por motivos de seguridad.
Lo cierto es que desde el primer minuto que nos encostramos allí, nos trataron estupendamente, tanto las personas de seguridad, como las chicas que estaban en prácticas, el organizador y demás personal.
La hora del concierto estaba estipulada a las 11:30, inmediatamente después de una charla con diapositivas en el mismo recinto que seguidamente tocaríamos nosotros después.
El lugar, un salón de actos radiante y muy nuevo, tenía un escenario a un metro de altura todo forrado con una madera color claro y sorprendentemente con mucha luz, gran capacidad y unos 300 asientos de plástico color naranja.
El escenario podía ser mas de el triple de lo que nosotros teníamos pensado, y tendría una acústica estupenda para nuestro concierto casi seguro.
Empezamos a montar sobre las 10:00h cada loco con su tema, Javy la batería buscando el centro exacto del escenario, Yuli a mi izquierda y Rubén a mi derecha...en fin el ritual típico malicioso.
Tras un tiempo y ya montado todo el backline, tocaba la prueba de sonido y comprobar si los bafles del recinto y la mesa los podíamos conectar a nuestro equipo, tuvimos suerte y todo cuadraba sin problema no sin ayuda de José M, encargado de mantenimiento (Un saludo).
Para la prueba de sonido necesitamos nada mas que dos canciones, estábamos muy gusto probando mientras nuestro público en ese momento eran las dos chicas que estaban en prácticas y sonriéndonos ponían gestos de aprobación a lo que escuchaban sus oídos, cosa que nos tranquilizaba.
Teníamos todo preparado para dejar el escenario y así lo hicimos, pues tocaba una charla a las reclusas en la que se conmemoraba el día de la mujer.
La ponencia trataba de las féminas más influyentes con una breve reseña de sus vidas en diapositivas en las que animaban a las allí presentes a sentirse mas valoradas como mujeres y como personas, había momentos sinceramente que entre los nervios pre-concierto, la charla emotiva, y las fotos de mujeres luchadoras que exponían, consiguieron emocionarme.
Una vez finalizada la exposición, el grupo fue presentado y seguidamente subimos al escenario.
La adrenalina de los directos para quien no lo sepa, es algo parecido a como cuando eres adolescente y sales tu primera noche de fin de año, algo así, pero elevado a la enésima potencia y en cada concierto sin distinción.
Abrimos con "Vámonos" un tema que en los últimos directos hemos elegido como primera canción y que estamos grabando estos días para nuestro segundo disco titulado "Vidas de estraperlo"
Una vez terminada la primera canción, pudimos entender lo que nos quedaba por vivir en ese bolo. Una locura generalizada y aplausos invadió el recinto como si se tratara de la última canción del concierto de una banda famosa, eso nos dejó estupefactos.
Algo nos hizo pensar en ese momento que ese concierto sería épico y desde ahí todo fluyó y fue sobre ruedas.
Continuamos con temas de nuestro anterior trabajo "Cuando la vida se enfada" y "Cuchillos afilados", varias canciones antiguas mas y entre tema y tema colamos una versión apropiada para tal evento "No hay tregua" de Barricada, que hizo las delicias de mas de alguna presa que se conocía la letra al dedillo.
El evento se nos iba escapando de las manos e incluimos otros cuatro temas de nuestro próximo disco "Vidas de estraperlo"; "Karma", "Whisky sin hielo" y "Roto".
En el momento mas excitante del concierto llegó la otra cover que hicimos "Soy un macarra" de Ilegales, tema en el que dejo mi Les Paul en el suelo y solo me dedico a cantar y hacer moverse al respetable (cosa que no era nada difícil la verdad) dado que ya se encontraban la mayoría de las presas de pié cantando y aplaudiendo.
El show daba sus últimos coletazos y terminamos con "Sudor y cables" en la que a mitad de la canción pude interactuar con las reclusas y presentar a la banda.
El fin fue apoteósico teniendo que repartir todas las púas, un pañuelo, y firmamos durante un buen rato autógrafos incluido nuestro manager, después de haber sido ovacionados.
Como músico esa experiencia será muy difícil de superar por muchos motivos, primero porque entendiendo que esas personas están en prisión recluidas, su día a día seguro que es muy duro y aburrido y que un día festivo les lleven a una banda de rock a sus vidas les hace felices, y segundo porque solo tenían una forma de agradecerlo que no era otra que con su cariño y sus aplausos y lo hicieron, vaya que si lo hicieron.
Juan Carlos.