Muchas veces nos quejamos de sufrir mareos, de estar influenciados por la luna, o incluso de sentirnos anclados en un planeta que apenas nos muestra su movimiento salvo cuando nos castiga con sus catástrofes medioambientales.
Si una cosa es cierta al menos en mi caso, es que no soy consciente de lo que ocurriría si de buenas a primeras nuestra querida Lady Blue se parase de golpe y dejara de rotar. Pues bien amiguitos si esta calamitosa situación se diera, más nos valdría encomendarnos a Dios, Alá, Jehová o al siempre presente ratoncito Pérez.
Aunque la hipótesis es muy poco realista, si nuestro planeta dejara de girar de repente, saldríamos despedidos a una velocidad de infarto, cosa que causaría un número ingente de víctimas, desaparecerían los días y las noches al menos como los conocemos hasta ahora, tendríamos ciclos de un año de luz y otro de oscuridad con lo que todo ello supondría; un brutal cambio climático imposible para la supervivencia de más del 80% de los seres que conocemos, la distribución de los continentes y océanos cambiaría radicalmente, y lo peor de todo dejarían de existir las guitarras eléctricas. .
Bromas aparte, sin la fuerza centrífuga que se produce gracias a la rotación, daría paso al caos en lo que a la gravitación se refiere y la tierra se vería separada por dos grandes polos bañados por una única pareja de océanos. Éstos océanos inundarían la tierra casi en su totalidad y la zona más alta del nuevo planeta se encontraría en Ecuador, la forma de la tierra sufriría un cambio brusco puesto que pasaría de tener su forma ovalada a una forma de esfera perfecta afectando de manera más cruel a las ciudades costeras, que casualmente son las más pobladas y grandes del mundo.
Seguro que todo esto os recuerda a más de una película de cine norteamericano, pero la probabilidad de sufrir un hecho como éste es prácticamente nulo... al menos eso se dice.
Juan Carlos.