martes, 18 de marzo de 2014

LO QUE EL OJO NO VE

Mucho se ha escrito sobre los mensajes subliminales, las huestes detractoras afirmando que fue un invento no demostrado de los años 50, y en otro bando los crédulos que reciben esos mensajes como quasi perceptivos, y con un maquiavélico plan.
Me explico; se conoce por mensajes subliminales a las comunicaciones, que rozan los límites de la percepción, ya sea de modo auditivo o por medio de imágenes pero que el individuo al recibirlo no es consciente, y sin embargo dicho mensaje va directamente a su cerebro, todo eso con algún propósito sea de publicidad o con fines militares.
Hoy en día poseemos una abultada y extensa colección de estos "casos" pero os mencionaré los que más me han chocado y hecho cuanto menos reflexionar.
En los años 80 la archiconocida marca de refrescos Coca-cola lanzó una campaña inocente en apariencia, pero que ocultaba una fuerte connotación sexual: emitida en televisiones no se descubrió hasta que se mostró en la parte trasera de un camión y alguien se dio cuenta. Días después la casa afirmó que no tenía nada que ver, que fue cosa de su publicista, pero....
El spot muestra un refresco enfriado por unos hielos, pero se puede ver en uno de los cubitos de hielo a una mujer a punto de introducirse cierto miembro viril en su boca, así como el mensaje del anuncio dice claramente que sintamos las curvas.
Otro caso no menos impactante y que nos salpica de lleno, ocurrió en nuestro país, ocurrió en el
Mundial de México 86 y Butragueño marcó un precioso gol, y en la repetición ofrecida a toda España se emitió intercaladas las siglas PSOE, justo cuando el Buitre estaba celebrando el gol en las repeticiones, sin ser percibidas por el consciente del público.
Casualmente el partido del gobierno era el PSOE, y aquel año había elecciones generales.
Como estos casos existen miles, y algunas teorías sostienen que estos mensajes no tienen efecto alguno en el individuo y que se trata de patraña conspiranoica, pero si es así ¿ por qué están prohibidos?

Según la Ley General de Publicidad de 1988 la publicidad subliminal en España está prohibida dónde se define ésta publicidad como aquella "que por ser emitida con estímulos en el umbral de la sensibilidad no es conscientemente percibida"


Juan Carlos.